Es una gratificante sorpresa volver a saber de un libro en el que colaboré hace veinte años y del que apenas recordaba nada.
Ayer contactó conmigo la conservadora del Museo de Salamanca para pedirme permiso para el uso de algunos dibujos publicados en 2002 sobre la historia de la citada ciudad y a la que debo agradecer la recuperación de las siguientes imágenes.